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jueves, 19 de abril de 2012

¿Un sexto sentido?



Hace ya muchos años que se investiga si algunos animales pueden ser capaces de orientarse en un campo magnético.
Existen pruebas de que algunos animales poseen un líquido con propiedades magnéticas, así como de que su comportamiento magnético se desvanece en las cercanías de las líneas eléctricas (puesto que éstas producen también campos magnéticos que interfieren con el de la Tierra).

Palomas mensajeras, tortugas marinas, abejas, hormigas, ratas topo, ballenas, etc, utilizan este sentido para su propia supervivencia.
Existen dos tipos de hipótesis en las que trabajan biólogos, geocientíficos y físicos, elaborando modelos y estructuras que intervendrían en tal fenómeno.
Se descubrió, por ejemplo, que los petirrojos eran sensibles no sólo a la intensidad y dirección norte-sur, sino también a la inclinación o ángulo que forman las líneas de campo magnético con la Tierra.
Las aves migratorias y otros animales también usan para orientarse sol, estrellas, luna, hitos sobre el terreno, dirección principal del oleaje en el mar, olores...

Podrían tener partículas microscópicas (que funcionan como una aguja de brújula), pero que son difíciles de distinguir de los contaminantes.

Hasta ahora sólo se hallaron mecanismos magnéticos en las bacterias.
Estaríamos hablando de un "sexto sentido", el magnético.

Otro mecanismo está basado en la física cuántica, se basa en las propiedades magnéticas de los componentes de la materia (spin del electrón, espín del núcleo) que reaccionan ante campos magnéticos externos en presencia de luz.
De acuerdo con otra explicación, la velocidad de producción de algunas sustancias es sensible a la interacción del campo magnético externo con las partículas fundamentales de la materia, por lo cual, en función de a qué campo magnético sometamos a estos seres vivos, llegarán a su cerebro cantidades diferentes de cierta sustancia, que funcionaría como un neuroreceptor, en función de la cual el cerebro emite las órdenes adecuadas.

Al mismo tiempo, si tenemos en cuenta que las ondas de radio no son más que campos electromagnéticos que varían de dirección y sentido cada cierto tiempo, en función de su frecuencia, obtenemos el resultado de que estas ondas desbaratan la brújula interna de las aves.

En cualquier caso, es necesario que haya luz para que se produzcan estas reacciones, por lo cual el órgano sensible es el ojo.

Puede que el ser humano conserve también este mecanismo, pero todavía no se llegó a demostrar.

Esto es todo un hallazgo, ya que no siempre existe la posibilidad de descubrir un nuevo sentido.

2 comentarios:

  1. Hola Isa!!!

    No puedo comentar tu blog, no tengo cuenta para ella y no voy a abrir una nueva entre las mias y las del curre, ya tengo 3!!! pero que decirte, que ya te he hecho publicidad en facebook, y que a continuación pongo lo que te iba a escribir, a ver si alguno lo pone en tu blog, por mi:

    Si, también hay que tener en cuenta que el ser humano tiene una especie de sentido en el oído interno, que es el responsable del equilibrio, que nos podamos mantener erguidos. ¿Podría esto último, tener cierta relación con el tema?
    Por otro lado he oido comentar que el universo tiene 10 dimensiones, osea es R10 del cual los humanos percibimos 3 dimensiones espaciales y una temporal. Los peces solo distingen 2 dimensiones espaciales...¿podría ser que ciertos animales, percibiesen dimensiones, que nosotros no percibimos?

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    1. Hola Dani, bueno, lo del oído interno sirve para mantener el equilibrio, sólo para eso, que yo sepa.
      Lo que se está estudiando es cómo reaccionan los animales ante los campos magnéticos. De hecho, en algunos animales ya se sabe fijo que perciben el campo magnético terrestre. Lo que no se tiene claro es dónde se aloja este sentido y cómo funciona. Las teorías van desde el pico de las aves, reacciones que tienen su origen en la luz que entra por los ojos... Vaya, que no se sabe.

      Lo que sí está claro es que afectan a todos los seres vivos, en mayor o menor medida. En los humanos, a lo mejor tenemos ese sentido pero atrofiado, excepto los electrosensibles, no sé si oíste hablar de ellos alguna vez. Las personas electrosensibles (afortunadamente son muy pocas) cuando están cerca de una línea de alta tensión, por ejemplo, les duele la cabeza, se marean, ... lo pasan fatal (en las líneas de alta tensión circula electricidad a un voltaje muy alto, y de forma que también se producen fuerzas o campos magnéticos).

      Lo de las dimensiones, ahí si que me pillas, porque no tiene nada que ver con el "sentido magnético" o "sexto sentido" como lo llamé yo, por llamarlo de alguna forma.

      El problema de las dimensiones que existen tiene importancia sobre todo en física cuántica (la física que trata las partículas fundamentales, las más pequeñas que el átomo: quarks, leptones, gluones, fotones...). Ahí, en física cuántica, se pusieron a hacer cuentas para ver si descubrían las leyes que gobiernan estas partículas, y les salió en las ecuaciones que debía de haber 10 dimensiones además del tiempo, es decir, en total, 11.

      Yo no me sé explicar mejor, porque cuando hice la carrera a mí no me contaron nada de esto. Lo que sí te puedo explicar es la comparación que hago yo para aclararme: para cualquier cuerpo normal (por ejemplo un valor de fútbol) necesitamos 4 dimensiones para saber dónde está en cada momento (x, y, z) son las dimensiones espaciales y t es el tiempo.
      Si sabemos en qué posición está el balón (x, y, z) en cada momento (t) ya tenemos el movimiento del balón determinado.

      Ahora bien, si en vez de un balón tenemos un electrón, para determinar sus propiedades físicas y la respuesta que va a tener frente a situaciones diversas, necesitamos 10 parámetros más el tiempo : 11 numeritos, 11 dimensiones.

      No tiene más que eso, se le da mucho bombo y platillo pero a veces sacan las cosas de quicio, porque lo entienden mal.

      Espero que haya quedado claro!

      Cuando tengas más dudas, pregunta, que es mi obligación estar un poco al día en estas cosas.

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